El estudio científico de los fenómenos y acciones de lo social, se realizaban basados en los métodos cuantitativos, esto es con base en el modelo metodológico de las ciencias naturales. Pero en el correr de los días y de forma paulatina se comienza a dudar de su aplicabilidad al hecho social. Emerge entonces el reconocimiento del carácter reflexivo de la investigación social. Se argumenta que la aplicación de un esquema de investigación bajo la forma de surveys y experimentos no permite representar las diferencias existentes entre los seres humanos y sus acciones y los objetos propios de las ciencias naturales.
Comienza a predominar entre quienes investigan, la unicidad del fenómeno social. Se reconoce su carácter reflexivo por ser parte de ese mundo social que se estudia y sobre el cual generamos efectos con esa participación, esto es somos arte y parte del proceso. No obstante, Kuhn (1978) plantea que los paradigmas ocurren por anomalías del paradigma vigente y que los nuevos generarán interpretaciones y soluciones más acorde a la realidad vivida.
Situación que no se da de un día para otro, lo que no se puede negar, que aún y cuando el cambio no ha sido aceptado y respaldado, existen investigadores que apliquen un nuevo enfoque como en el caso de Whyte (1943) con su estudio de los grupos de las esquinas, o Gans (1962) al investigar una comunidad italoamericana en Estado Unidos, o Ray (1960) con la investigación referida a trabajadores industriales. (Mella 2007).
Se entiende entonces que la investigación cualitativa no es de tan reciente data, y que permite el abordaje de multiplicidad de eventos y fenómenos sociales. Que por ser un acto cognocente en el cual el investigador quiere y hasta siente la necesidad de profundizar en él, de encontrar los elementos que lo constituyen, que le dan forma, vida, atributos y su distinción respecto a otros fenómenos, demanda observación, en un nivel tal, que permite reunir tanta información como le sea posible para poder comenzar a pintar en el lienzo, los primeros trazos de esa única realidad, con el fin de entenderla.
Al igual que en la práctica del arte de pintar, la investigación cualitativa tiene sus bases en la observación del objeto, desde donde inductivamente se captan ciertas cualidades, que finalmente dan un concepto referido al fenómeno en estudio, esto es se genera una composición, un contexto, por qué no, una pintura artística.
De allí se desprende el planteamiento de ver los acontecimientos, acciones, normas y valores, desde la perspectiva de la gente que actúa y que son investigadas, lo que genera una empatía con el investigador, que permitirá desarrollar la competencia de penetrar los contextos de significados con los cuales operan. Ese contacto minucioso de los aspectos de la vida diaria, es de gran importancia pues permitirá comprender lo que sucede en un entorno específico.
La preferencia de la investigación cualitativa por la contextualización está dada por la necesidad e interés de comprender las conductas y acontecimientos, generando niveles altos de interacción entre las personas, y en la conciencia de quien la ejecuta, que permitirá al investigador un mejor comprender de lo estudiado. Así pues, al igual que en la pintura por ser considerada una categoría universal de creaciones artísticas hecha sobre una superficie, es comprendida en diferentes culturas por ser producto de una información gestada por la vía de los sentidos y su significado representa una unidad indisoluble.
REFERENCIAS
Kunn, T. (1978).La estructura de las revoluciones científicas. Madrid:Tauros.
Mella, O. (2007).Naturaleza y orientaciones teórico- metodológicas de la investigación cualitativa. Disponible: revistacandidus@hotmail.comConsulta:noviembre, 25 2016.
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